Cada día apetece ver menos las noticias, guerras, crisis, violencia de género, etc. Sobre el tema que abarca este artículo, cabe decir que sorprendentemente, en una sociedad desarrollada como la nuestra, hayan tantos casos.
Este tipo de violencia es difícil de erradicar, porque se suele sufrir en silencio. La mujeres u hombres afectados (sobre todo mujeres) tienen miedo a denunciar o a comentárselo a alguien. Pero, ¿y los niños? Los niños también sufren.
No se me va a olvidar nunca el día que iba por la calle y me crucé con una pareja discutiendo. Bueno, no discutían, era el hombre el que le chillaba a la mujer. La mujer me miró a la cara, y su rostro mezclaba los sentimientos de miedo y vergüenza. Iban con un hijo de edad 8-10 años aproximadamente, y el niño le pidió al padre que no le gritara más, que siempre le estaba gritando. Justo en ese momento el hombre se percató de mi presencia y se calló. Seguí observando conforme me alejaba y la cosa se tranquilizó.
Esta situación me llevó a pensar en el apoyo del niño a la madre, y en el sufrimiento del niño o las secuelas que le pude producir esta situación.
Por todo ello, creo que este tema se debe ratar en las escuelas y en los institutos, que los niños aprendan a detectar estas situaciones, que le den apoyo a la madre o padre que las sufra, y que también sean capaces de denunciar los hechos llamando al 016 si la madre no se atreve.