¿Qué es el estudio?


Es una actividad personal, consciente y voluntaria, en la que pones en funcionamiento todas tus capacidades físicas e intelectuales, con el fin de conocer, comprender, analizar y sintetizar aquellos datos, técnicas y principios que te ayudan en tu formación y desarrollo personal. Tiene una doble vertiente:

  • Comprensión y asimilación de la realidad que te rodea, resultante de las aportaciones de nuestra civilización a través de la historia.
  • Perfeccionamiento de tu realidad como persona, para lograr su desarrollo y alcanzar en la vida las metas que seas capaz de proponerte.

El estudio, para ti, no debe limitarse sólo a la asimilación de los libros y textos escritos, sino que debe abarcar también la observación, investigación y actuación sobre toda la realidad vital de tu entorno.
 
 

Técnicas de estudio

 

 

Capacidades mentales


El estudio, para que te resulte provechoso, te va a exigir poner en juego todas tus aptitudes mentales, inteligencia, memoria, imaginación, etc. De esta forma podrás conseguir:

  • Conocimiento de datos, hechos y teorías.
  • Comprensión de lo que estudias.
  • Análisis, observación y elaboración interiorizada de los contenidos.
  • Síntesis, integración y evocación de dichos datos, hechos, fenómenos, etc.
  • Aplicación de lo conocido a la resolución de nuevos problemas.
  • Valoración reflexiva de lo aprendido, tanto objetiva como subjetivamente.

 

Condicionantes físico-ambientales:

En la realización de tu trabajo-estudio queda implicada toda tu persona, como organismo físico-biológico, con todos sus sentidos, su buena o mala salud y las circunstancias que le rodean:

  1. Has de adoptar una postura correcta ante la mesa de trabajo: cómoda, sin excesivo relajamiento, atenta, no rígida, etc. Desde un punto de vista físico, la postura normal es la de “estar sentado” de modo que los antebrazos descansen naturalmente sobre la mesa; derecho de tal modo que tengas el pecho desahogado y facilite la respiración.
  2. Respecto a la luz, no te debe dar en los ojos, debe venir de lo alto o de lado, por la parte contraria a la mano que utilices para escribir. Es preferible la luz natural. Si es artificial, deberá ser suficiente, sin ser excesiva.
  3. Sobre la mesa o pupitre no debes tener cosas que distraigan tu atención: discos, novelas ni otras cosas ajenas a las del estudio. Procura que la superficie de la mesa no sea brillante y que su altura esté acorde con la de la silla.
  4. Ten a mano los instrumentos necesarios: lápices, bolígrafos, libros, papel, diccionario, etc… Nunca te sientes a estudiar sin tener preparado todo este material que vas a precisar.
  5. El lugar ha de ser silencioso, siempre el mismo y bien ventilado, tu “rincón de estudio”. Ten un sitio para cada cosa y procura que todas las cosas estén en su sitio.
  6. Dedícate al estudio todos los días, al mismo tiempo y a la misma hora.
  7. Organiza tu estudio y el tiempo que dedicas a otras actividades: deportes, descansos, amigos, etc. Esto es “programación y organización”.

 
Los resultados de tu trabajo-estudio (tu rendimiento escolar) ya no van a depender únicamente de tus aptitudes intelectuales, sino también de un conjunto de factores que influyen, en mayor o menor grado, según las circunstancias. Estos factores son:
 

  • Tu salud y las condiciones de higiene y alimentación.
  • Tu inteligencia: su estructura mental y su nivel de desarrollo.
  • Tu personalidad, con su carácter y temperamento.
  • Tus técnicas de trabajo intelectual y los hábitos de estudio que hayas adquirido a lo largo de tu escolaridad, para lograr el máximo de eficacia con el mínimo esfuerzo y de tiempo posibles.
  • Tu ambiente familiar, cultural y la situación socioeconómica en que te desenvuelves.
  • Tu medio escolar: tu situación ante el profesor, compañeros de clase y la actitud que adoptes ante cada una de las distintas asignaturas.
  • Tus intereses vitales. La motivación profunda que te impulsa a estudiar.

 

Actitud positiva (consciente y voluntaria)


De nada te sirven las mejores capacidades mentales y las mejores condiciones físicas y ambientales si tú “no quieres” estudiar. Es necesario que tu actitud sea positiva, que tengas ganas, que grites desde tus entrañas ¡YO QUIERO ESTUDIAR! Sólo entonces tus capacidades intelectuales, físicas y ambientales conseguirán el rendimiento que apeteces. Es cuestión de echarle coraje, tenacidad y constancia a tu decisión y convencimiento personal.
 
 
En resumen, estudiar es:
 

  • Aprovechar al máximo tus propias dotes intelectuales.
  • Explotar los recursos de que dispones, mentales y materiales.
  • Buscar las ayudas necesarias para conseguir el aprendizaje.
  • Ordenar tus actividades estudiantiles de modo personal.
  • Señalar los objetivos que te propongas con realismo y claridad.
  • Descubrir los procedimientos más idóneos para realizar las tareas escolares.
  • Mejorar constantemente los métodos que vienes empleando.
  • Comprender y retener los contenidos, razonadamente.
  • Dominar los datos básicos para su ampliación en conocimientos posteriores.
  • Organizar las ideas, coherentemente, para conseguir una mejor asimilación y posterior relación y aplicación.

 

 

Técnicas de Estudio

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